Mezclar 100 gramos de buenos recuerdos con una canción que estremezca. Agregar colores y sabores exóticos. Unir con las manos hasta lograr una masa tierna.
Estirar con palabras sobre un corazón espolvoreado con azúcar impalpable, o con sensaciones impalpables. Cortar con moldes de lo que fuimos.
Colocar sobre pasiones e iras contenidas y llevar al horno del pensamiento durante 45 minutos de insomnio.Decorar a gusto con chips de fotos antiguas, anillos de boda o flores secas. Emplatar y servir
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